miércoles, 4 de mayo de 2011

Qué hermoso mono

o 'Vicisitudes laborales'



Tuvimos acceso al diario íntimo del Mono Majestuoso! Ebrio, lo dejó olvidado en el baño. Algunas páginas estaban contaminadas por coloridas manchas las cuales no vale la pena analizar. Veamos.

Del diario íntimo no tan íntimo del Mono Majestuoso:

'Mi jefe orina en un botellón de Pecsi de 3 litros con el pico cortado a efectos de resultar en papagayo con logo. Lo hace para no bajar los 16 peldaños de la escalera hasta el baño. En la antigüedad, arrojaba sus excipientes pluviales por la ventana, sobre el techo, hasta que nos quejamos de que -cuando el sol calentaba su ámbar asquerosidad- el tufo resultaba intolerable. Apelable.'
'Mi jefe le pidió a la mujer de la limpieza que viene a Puaj Entretainment una vez por semana que le cobrase $12 en vez de $15, porque sino "era una fortuna". La mujer viene 5 horas. Ahorro: $15. Dignidad: no tiene precio. Apelable'
'Mi jefe pidió rebaja en la cuota del colegio privado de sus hijos. Está pagando la cuota 3/6 de su saxofón. Se hace dar clases en la oficina, junto al teléfono. Carece de atisbo alguno de talento. Apelable.'
'El fletero de mi jefe no quiere venir más, porque si el costo del flete es $400, mi jefe exige, indignado, pagar $180. Y que además no contrate peones para descargar cajas conteniendo six-packs de paquidermos. Consternante'
'El que repara la máquina de café no quiere venir más porque mi jefe -si el arreglo sale $80- propone que el técnico le pague a él ya que gana en experiencia, y demanda que pague por los cafés de prueba esputados por la máquina para constatar su correcto funcionamiento. Deleznable.'


'Mi jefe tiene un tuerto ingeniero electrónico al que le hace pintar el cuarto de sus hijos, cambiar las lamparitas quemadas y recojer la basura de todas las oficinas. Le paga $150 por semana, más lo que el tuerto pueda comer de la heladera. El cuarto de los chicos y el cuarto de mi jefe son dos oficinas que quedaron desocupadas. El totuer es un resentido social malvado e ignominioso (ponele), pero igual: apelable.'
'Mi jefe se va de vacaciones mes por medio, o a lo sumo cada dos meses. Va a Brasil, o a cascos de estancia, o a complejos con spa en la costa. Mi jefe le dijo a quien nos alquila que no puede pagarle por al menos tres meses, ya que su sitación es complicada. Inenarrable.'
'Mi jefe sale de 'su cuarto' a las once y media de la mañana, completamente en pelotas, e intenta abrazarte. Su combo es: salir en pelotas a intentar abrazarte, sosteniendo el botellón con orines en una mano. Huele.'
'Mi jefe se toca los genitales para luego intentar tocarte la cara. También, intenta tocar TUS genitales, y ante la amenaza de denunciarlo a la policía, se rie e intenta manosearte peor. Freud-apelable.'
'Mi jefe se baña SOLAMENTE el día que tiene que ver a su 'novia'. Consiguió 'novia' en un sitio de saldos humanos, a los que la gente se suscribe para fornicar o contraer nupcias por tercera vez; 'snatch.com. Huele mal y su pelo está duro como guardia británico. Aromático.'
'Mi jefe es jugador compulsivo, y echó a dieciseis personas para que le alcanzara el dinero para seguir apostando. Good for you!'
'Mi jefe exije que le laven los platos que él ensucia. Al mandarlo a la puta madre que lo parió, alega que 'todos convivimos en el mismo espacio.'
'Mi jefe se tira lances para que le tiendas la cama. Puto'
'Mi jefe le busca incansablemente la vuelta para que hasta el incremento en la factura del servicio de internet sea culpa tuya. "Llamá y que nos cobren menos". Apelable.'
'Mi jefe le dio un beso en la punta del pene a su hermanastro. True story.'


'Mi jefe le dijo a un empleado que era una lástima que solamente su madre -la del empleado- hubiera fallecido; que sería más conveniente que su padre también muriera. Preocupante.'
'Mi jefe le dice al tuerto técnico electrónico que limpie y organice el taller porque va a hacer un asado para veinte personas y necesita el lugar impoluto. Luego, le dice que esa semana no va a poder pagarle; que tal vez la otra. Apelable.'
'Mi jefe tiene un libro de Woody Allen sobre la mesa de luz para simular intelectualidad. Mi jefe -ORGULLOSAMENTE- jamás terminó un libro, y lo confiesa como un logro. El libro tiene manchas de aceite de milanesa y pelusa pegada. Good for you!'
'Mi jefe dice que -si pudiera pagarte menos- te pagaría menos. ¿Alguien tiene cambio de un botón?'
'Mi jefe es supersticioso y no cree en la propina.'
'Mi jefe te come la comida.'
'Mi jefe intenta frotar sus genitales sobre mouses y teclados antes de que llegues, porque 'es gracioso'. Lo que se gasta en alcohol y algodón en la oficina no tiene nombre. No es que yo sea vengativo peroooo... no le notaste un sabor extraño a la boquilla de tu saxo, jefe?'
'Mi jefe se hace entrar y sacar camioneta y moto, 'porque está apurado'.'
'Mi jefe hace que la mujer de la limpieza le cocine budines, le surza los dobladillos de los pantalones, le pase los cordones de las zapatillas y le deje cocinado para la noche antes de irse. Macanudo.'
'Mi jefe me quiso subalquilar una de las oficinas cuando le comenté que quería mudarme.'
'Mi jefe dice que no tiene dinero para comprar café y se va. A las dos horas vuelve con varias bolsas con ropa de marca y calzado nuevo. Él no toma café.'
'Mi jefe siempre intenta sentarse a upa tuyo y largarte un sonoro cueco encima. Cuando le deformás el hígado a codazos, se queja.'
'Mi jefe quiere que deduzca la contraseña de conexión a internet del estudio jurídico de al lado, para colgarnos de ahí, 'así es un gasto menos'.
'Mi jefe ayer apostó $1425 pesos en timbaparaguanacos.com a que Independiente le ganaba a Boca. Empataron.'

Dicen que los monos no mienten.

jueves, 13 de enero de 2011

Una monada

Uperto va de cuerpo

o 'Mensajes de mierda'


Uperto (o ‘el Rober’) es el babuino que habita la jaula contigua a la del Mono Majestuoso. El mono Uperto le da al diente con singular insistencia y con persistencia admirable. Rondando
las 9:30 am, Uperto ya se va fijando en los menúes y panfletos que guardamos a fin de evitar la vianda casera o de descansar del plátano reiterativo. Uperto suele desayunar media docena de empanadas procuradas en lo de Apu, surtidas (Apu es el morocho que tiene un maxikiosco/librería/juguetería/casa de comidas/nave interestelar/estudio de abogados/peluquería/puticlub/diócesis justo a la vuelta de nuestro zoo; le pusimos Apu porque es morocho, tiene de todo y vende carísimo). ‘El Rober’ baja el desayuno con 2,25 lts de Couca Lite.

No es inusual que Uperto almuerce una pizza, ravioles, un sándwich de milanesa… Una pizza, Y ravioles, Y un sándwich de milanesa, con la asistencia de 2,25 lts de Couca Lite que facilitan el descenso de la ex comida hacia los más recónditos arrabales de sus intestinos. Luego apaga la luz y se duerme, tal vez soñando con unas empanaditas de Apu para la media tarde.

Es lógico suponer que de tanto cargar el cañón y de lubricarlo con un promedio de 6 litros de bebida gaseosa por día, los excipientes de Uperto sean reiterados, continuos y fastuosos. Digámoslo ya mismo: Uperto caga como un elefante con gastritis. Caga elefantes con gastritis. Luego de cada explosión, Uperto sube a la jaulita contento y sonriente, a veces comentando las vicisitudes del cotejo disputado por su parte menos noble, recordando a un joven Bernard Shaw, o a un Mark Twain medio pícaro; no es extraño escucharlo clamar con orgullo: ‘Me salió un bebé sosteniendo una pelota de basket’, o –ya con indeseable sinceridad- ‘Cagué dos cerebros petrificados’.

Las contras a la conducta de semejante gastrópodo son muchas comparadas con las ventajas: olor a comida en el ambiente cuando vienen otros monos, imborrables frenadas marrones en la losa, vida útil limitadísima del inodoro, reposición constante del papel higiénico, entre otras. La única ventaja sería que, en invierno, la temperatura de la tapa del inodoro es siempre templada, debido al uso non-stop.

Pero un día, luego de una de sus odiseas colónicas, ‘el Rober’ subió pálido a la jaula, y quedó con la vista perdida en la lejanía por unos momentos. Tras la consulta, sólo supo responder ‘Verón… Cagué a la bruja Verón…’ Ante la incredulidad, insistió en que bajáramos a constatar la ciclópea empresa: Uperto, muy supersticioso, se negó a jalar la cadena. Y allí estaba, como un ekeko nauseabundo profetizando con su violencia nasal. Reímos ante la anormal caca, y poco a poco Uperto fue relajándose también, tanteándose el asterisco de vez en vez que había quedado extenuado por el esfuerzo de liberar a Verón.

Pero nada fue igual desde entonces, desde la ‘expulsión’ del Verón escatológico. Uperto continuó deponiendo formas y efigies extrañas, a veces completamente ajenas a la interpretación, como aquella ocasión en que largó un ‘Fuck you’ íntegramente hecho de sorullos, o el terrorífico monstruo de mierda, que pobló las pesadillas de más de uno por mucho tiempo.

'Fuck You de sorullos', por Uperto

'Monstruo de mierda', por Uperto

Alrededor de un mes después del monstruo, comenzaron las letras. Como una porrista de bajísimo presupuesto, Uperto nos daba la A, nos daba la U, nos daba la T, pero todo en heces torneadas a modo de letras, como si en vez de tracto intestinal tuviese una manga de repostería entre sus cantos. Cansados de la diaria constatación, ‘el Rober’ comprendió que ya no nos resultaba gracioso y que sinceramente no nos agradaba bancarnos la funesta baranda que despedían sus mensajes, tan crípticos como nauseabundos.

'La letra 'O'', por Uperto

'La letra 'K'', por Uperto

'Caracter hebréo', por Uperto

Entonces comenzó a sacarles fotos. Y a enviarlas. En ocasiones expererimentábamos con él sin que se diese cuenta, echándole laxante a sus ravioles cuando se daba vuelta, o convidándole ‘chicle de menta’, a fin de sabotear el misticismo fecal. El resultado variaba ligeramente, ya que, como un soldado con una misión espantosa, su culo entregaba primero las místicas formas, para recién después rendirse ante la barbarie laxante.

'Señora agachada frente a un perrito', por Uperto


Llegado un punto –suspicaz- el Mono Majestuoso comenzó a sospechar que las letras despedidas por el generoso trasero de Uperto no fuesen simplemente un acto de fenómeno de circo sobrealimentado, que quizás hubiese un mensaje en ese discurso anal. Minucioso, comenzó a ordenar los numerosos mails enviados por Uperto que cuidadosamente almacenaba en ‘elementos eliminados’. El soberbio macaco quedó petrificado al comprobar que solamente faltaba una letra para completar la terrible revelación. Todavía tenía cubierta la boca por sus manos cuando escuchó, como una ola de mar rompiendo, el sonido del agua del inodoro arrastrando la profecía de mierda consigo. A las corridas bajo la escalera que reservaba el retrete a cautelosa distancia, y ahí el Mono vio salir, satisfecho y acomodándose los pantalones, a Uperto, con la cámara colgando de la muñeca.

_’¿Le sacaste foto?’

_’Sí… Me salió una ‘A’’

La temida, espantosa ‘A’, la que completaba el mensaje…

‘Mono, tu novia nos engaña’.